ANALISIS CLINICOS
En un primer acercamiento, podemos decir que el análisis clínico es un tipo de prueba exploratoria que consiste en la toma de muestras biológicas de un paciente y su examen en laboratorio para confirmar o descartar un diagnóstico, detectar anomalías u obtener la información necesaria para aplicar un determinado tratamiento o cualquier otro procedimiento terapéutico.
De hecho, otra denominación habitual para los análisis clínicos es “prueba de laboratorio”.
En cuanto a la tipología de muestras utilizadas en el análisis clínico, podemos citar los análisis de sangre, orina, heces, tejidos, etc.
Entrando más en detalle en los objetivos o finalidades de las pruebas de laboratorio, debemos mencionar al menos las siguientes:
- La prevención de enfermedades a través de la detección precoz de anomalías. Este es el caso de los análisis clínicos rutinarios, que habitualmente se realizan en los chequeos de salud periódicos. Sirven para confirmar que todos los parámetros se encuentran dentro de la normalidad o, en su caso, para adoptar medidas correctivas que eviten el desarrollo de posibles patologías. Por ejemplo, el control periódico de parámetros como el colesterol, la glucosa y muchos otros parámetros puede utilizarse para la adopción de medidas preventivas que eviten problemas futuros (por ejemplo, el desarrollo de diabetes, patologías cardiovasculares y otros).
- La confirmación o descarte de diagnósticos médicos. Además de la observación directa y otros muchos tipos de pruebas diagnósticas, los análisis clínicos son una herramienta imprescindible para confirmar diagnósticos en el ámbito de la medicina. En función del tipo de prueba, los resultados se expresarán de forma cualitativa (positivos o negativos) o cuantitativa (en función de una cifra absoluta o del nivel alcanzado en una escala).
- En tercer lugar, los análisis clínicos también pueden desempeñar un papel decisivo en el ámbito de la investigación. Así, al margen de la práctica médica habitual de chequeos y diagnósticos, este tipo de pruebas se utilizan normalmente en el marco de investigaciones clínicas, para el desarrollo de nuevos medicamentos o tratamientos, así como en el ámbito académico.
BIOQUIMICA CLINICA
Un bioquímico clínico toma una muestra de fluido corporal y lo analizará en un laboratorio. Los resultados más tarde se emplearan para poder concretar un diagnóstico y un tratamiento. Las pruebas de bioquímica clínica más comunes son:
- Niveles de azúcar en la sangre (ayudan a indicar la presencia de diabetes)
- La medición de electrolitos (pueden indicar trastornos metabólicos o renales)
- Niveles de enzimas en la sangre (la presencia de ciertas enzimas pueden indicar problemas cardíacos, enfermedades hepáticas y algunos tipos de cánceres)
- Niveles hormonales (esto puede indicar si alguna glándula funciona correctamente)
- Niveles de lípidos en la sangre (pueden indicar una enfermedad cardiovascular)
- Niveles de proteína (pueden ayudar a indicar la presencia de trastornos nutricionales o metabólicos)
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